Presencia de acné
El acné es una condición crónica que puede iniciarse en cualquier
etapa de la vida, aunque es más frecuente durante la adolescencia, afectando a
casi la totalidad de los jóvenes. Además de sus efectos
cosméticos, los cuales pueden incluir hasta cicatrices permanentes, el acné
tiene repercusiones en la autoimagen causando una variedad de
alteraciones psicológicas cuyo denominador común es la baja
autoestima. A pesar de su alta prevalencia el acné es una condición parcialmente
comprendida y en la mayoría de los casos manejada de manera inadecuada.
Si
bien no hay una manera segura de prevenir el acné, estos consejos pueden
ayudarte a reducir la cantidad y la gravedad de las erupciones:
·
Lavar
la piel es esencial (ya que ayuda a quitar el exceso de grasitud de la
superficie y las células de la piel muertas que pueden bloquear los poros),
pero la limpieza excesiva puede causar daños como resecar la piel o irritar el
acné existente.
·
Recuerda
lavarte después de hacer ejercicio para evitar que el sudor bloquee los poros y
empeore el acné. Si trabajas en lugares donde hay alimentos grasosos o aceite,
o si has sudado debido al calor o porque has estado trabajando duro, lávate la
cara y otras áreas propensas al acné tan pronto como sea posible.
·
Si
usas productos para la piel como lociones o maquillaje, busca aquellos que
sean no comedogénicos o no
acnegénicos, es decir, aquellos que no bloquean los poros.
·
Si
no puedes prescindir de la laca o del gel modelador para el cabello, asegúrate
de aplicarlos lo más lejos posible de la cara. Muchos productos para el cabello
contienen aceites que pueden empeorar el acné. Trata de usar productos a base
de agua.
·
Si
tienes acné en zonas como el pecho o la espalda, evita la ropa ajustada, ya que
puede rozar la piel y causar irritación.
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